Ya teniéndola frente
muy cerca, se detiene. Debería ser fácil para él, lo ha hecho muchas veces. Aunque
hace un buen tiempo lo dejo de hacer, cuestiones de la vida…
El conoce el libreto
de memoria, sabe paso por paso como desenvolverse, Pero el recuerdo de lo
sucedido hace unos años le creaba una resistencia mental, se acostumbró a no
hacerlo esto le hizo perder práctica, no le sentó muy bien en esos momentos.
Asomándose a la
ventana de su castillo, viendo lo diminuta que se ve la gente desde esta piensa
— Siguen
siendo lo que siempre han sido —.
Vuelve para verla directo
a los ojos
— ¿no te perece muy
sencillo?, debería ser más difícil —.
Al no recibir
respuesta sigue hablando
— quiero que sea
difícil, que gracia tiene retomar si es igual de fácil, serias una más y algo
me dice que no eres una más, me gustaría que fuera especial. Hacerlo difícil me
hará saber si vale la pena volverlo a hacer —.
Es hora de acercarse
más y hacerla suya, ya siente que en ese momento es suya.
Decide tomar la delantera,
su primer movimiento, no es sigiloso al contrario es veloz, como si nunca lo
hubiera dejado de hacer, es una mezcla de instinto y experiencia.
Se dirige al
cuello lo besa mientras baja sus manos por la tela de su sofá haciendo que sus
codos rocen ese hermoso torso. Baja lentamente la lengua por su espalda,
acompañada con sus manos que rozan con la yema de los dedos sin tocarla, sus gemidos
son una invitación a explorar sus muslos, pantorrillas y tobillos hasta llegar
a sus helados pies.
Chupa dedo por dedo hasta
llegar al dedo gordo, es carnoso y provocativo. Lo introduce lentamente en su
boca lo saborea, lo lame y con un veloz movimiento lo arranca de un solo tajo.
Los gritos de su
amada bajo la mordaza lo insistan a seguir, sube hasta sus largas piernas las
cuales desea como hace mucho no deseaba unas. Dirige su mano hacia un cuchillo
filoso y brillante, luego lentamente toma un muslo que acerca a su cuerpo y con
la habilidad de un carnicero lo destaja, es una carne fresca la cual con mucha satisfacción
lleva a su boca, el probar ese bocado lo lleva al cielo.
Los gritos son cada
vez más fuertes, siente como ella se retuerce en el sofá ve sus manos luchar
para zafarse de sus amarres. Con caballerosidad la toma del cabello le arranca
la mordaza esperando oírla gritar, ella desahoga todo lo que siente, es un
grito profundo, es una declaración de amor. La besa alentado por la
satisfacción que le da tenerla solo para él, busca su lengua, juega con ella al
mirar sus pupilas dilatadas sabe que llego la hora. Con la misma velocidad que
arranco cada uno de los dedos arranca su lengua y con la misma elegancia que
destajo su blanco muslo la descuartiza. Retira con delicadeza cada uno de sus
órganos, luego toma su cabeza ensangrentada y la acerca a su boca
— eres la mujer más
deliciosa que he probado en años — susurra en su oído.
Y ahora que se acabó
el juego previo se dispone a consumar su amor.