Pongo mi pie sobre
el tapete que se encuentra en el costado derecho de mi cama, imagino como será
mi primer día.
¿Les ha pasado?
Pasar tanto tiempo sin trabajar; no por que quieran… si no por que las
oportunidades laborales son cada vez más escasas.
¿Valió la pena
estudiar tanto?, ustedes como yo pensamos lo mismo en algún momento de la vida.
¡El postgrado me costó un ojo de la cara! ¿Para qué? Si los trabajos vienen
acompañados de sueldos miserables. Espero que ustedes no estén pasando por lo
mismo que yo paso en este momento, y si es así… ¡pues no!, no se van a dejar
vencer, como yo tampoco me estoy dejando.
Pero volvamos al
tema. La emoción y la angustia se adueñan de mí, esta vuelta a la vida laboral,
es como si se ennoviara luego de años de estar solo, no sé cómo actuar, que
decir, como pararme.
Llegue a la nueva
oficina, en la puerta me detuve, me acomode la ropa, tome aire y me dispuse a
entrar. La primera persona en saludarme fue Camila, ¿ha sentido que al ver a
alguien a los ojos sabe que se van a llevar muy bien? Pues esto me paso con ella.
Camila me dijo que el nuevo jefe estaba ocupado que me sentara y esperara.
Me senté en un sofá
ubicado justo al lado de la puerta la cual estaba entreabierta, y espere que me
pidieran entrar. Aun los nervios estaban a flor de piel pero sabía que mis
capacidades y conocimientos me llevaron a ocupar por fin el puesto que por
ahora me merezco en este mundo. Entre el espacio que dejaba la puerta oí a mi
nuevo jefe y a otro hombre charlado, el chisme me gano, como a usted o a
cualquiera de nosotros nos gana a veces, puse cuidado de lo que hablaban, no se
oía bien pero estaban hablando del nuevo integrante del equipo laboral, ahí
supe que hablaban de mí.
En mi cabeza me sentí
útil, ¡iba a ejercer en mi maestría! Eso me emociono.
En el momento que
sentí que el acompañante se levantó de su silla apresure a acomodarme en el
sofá cosa que no se notara que estaba fisgoneando. Vi cómo se entre abrió la
puerta en este momento me puse de pie, me acerque a está esperando que mi nuevo
jefe me pidiera pasar, pero antes de esto de la boca de su acompáñate oí salir
una frase que me desinflo de inmediato. — ¿esta buena? — A lo que mi futuro
jefe respondió, — Aguanta… por eso me la traje —.