martes, 24 de febrero de 2015

El marido no le cacharrea rico a ese coroto… Capítulo 1

-No se ponga así... no es para que se moleste tanto... mire que hubiera podido ser peor-. Fue lo último que oí esa rara tarde.

Mi mamá trabaja en turnos bastante extraños, esto debido a la exigencia que tienen los hospitales en sus horarios. Ella dice que soy un parasito, que no sirvo para nada, pero yo no creo eso, creo que mi mamá aún tiene obligación de velar por mi salud y techo, es lo mínimo que se hace por un hijo tan lindo como yo.
Hablando de mi casa, siempre estuvo con nosotros alguien que ayudaba a mi mamá con el aseo y a mantenerme bien cuidado.
En alguna ocasión trabajo una muchacha, 32 años más bien alta, 1,78 metros es alto para el promedio colombiano, tez morena, pelo largo y lacio que le llegaba hasta donde la cintura cambia de nombre, ufff, que par de nalgas tenía Pamelita... 
Recuerdo que llegó a mi casa con una ropa que no la hacía ver muy atractiva, tenía poco busto lo cual compensaba con su excepcional duraznito, suave, apretadito, rosadito, mmm que rico... bueno sigamos; Nunca imagine que yo con inocentes 22 años pudiera despertarle algún tipo de deseo. 
Debo confesar que Pamelita era muy atenta conmigo, todas las mañanas nos tomábamos un tinto, charlábamos de cosas sin demasiada importancia y así nos fuimos conociendo un poco más. Me entere de su hija de 2 años, también que vivía con su marido del cual estaba bastante alejada, según ella por su apego a la niña.
¿Cómo el marido no le cacharrea a Pamela?, es una pregunta que siempre me hice, ese redondo trasero merece de un Indiana Jones como yo y así explorarlo muy a fondo.
Le pregunté si se sentía mal atendida, inmediatamente ella se sonrojó y evito la respuesta. Con los días y a medida que pasábamos más tiempo juntos la confianza entre nosotros creció, dicen los que saben, atracción por proximidad.
Sin darnos cuenta nuestras charlas se tornaron un poco más calientes lo cual me arrechaba de una manera impresionante; intercambiamos historias, yo le contaba mis pocas experiencias sexuales tratando de hacerla mojar así fuera un poquito, la verdad trataba de llegar a su redondo culo que a estas alturas ya merecía su lechecita.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario